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viernes, 14 de febrero de 2014

LA NOVIA DE JUANGRIEGO. Relato por Flor Patiño de V.

Las oscuras calles de algunos sectores de Margarita, conspiran para que la imaginación y creatividad de los lugareños se expandan en historias de hechos sobrenaturales, que algunos pudieran ser dignos de estudio, ya que poseen un "algo" de real.

Hoy les traigo uno de esos "inexplicables" hechos fantásticos. 
 David, miró su reloj de pulsera, el cual marcaba las 11:30 de la noche, encendió el limpia parabrisas por las pequeñas gotas de lluvia que comenzaban a caer, giró su vehículo de transporte de turismo hacia la avenida que le conduciría al hotel ubicado en el Valle de Pedro Gonzáles, para recoger al personal que ya había terminado su turno de trabajo, para transportarlos hacia la ciudad de Juangriego, como hacía cada noche, sólo que hoy, para no hacer el recorrido hasta Porlamar solo, invitó a su esposa a que le acompañara, la cual se había sentado en el asiento del acompañante del bus de paseo. 
Comenzó a arreciar la lluvia cuando divisó la entrada a la población, el joven conductor habló con su acompañante para que le entregara un envase con agua para beber, y desaceleró el vehículo para beber el agua, llegando a la parada que hacían habitualmente los transportista, antes de detenerse por completo, observó que una muchacha, vestida de novia estaba guareciéndose de la lluvia, debajo del techo de la parada del bus, la acompañante de David le dice:- mira a la novia que está sentada allí..!,él responde: - debe ser que hay alguna fiesta por aquí..!
Detiene el bus justo al frente de la muchacha vestida de novia y escucha que ésta le dice:- Señor, podría hacer el favor de darme la cola hasta la recepción?, es que me dejaron aquí y no han venido a buscarme..!, gritó la mujer.
El conductor, presintiendo algo raro, la mira y le contesta:- la llevaría con mucho gusto pero, no puedo recoger pasajeros no autorizados en la vía.
 La esposa de David nerviosamente le dice: -¡Vayámonos ya que está rara esa mujer..!; y el arranca el vehículo. Mientras la acompañante del chófer se levanta del asiento y camina hasta atrás a ver que pasó con la novia y no ve a nadie allí, solo la soledad, busca por todo el despejado lugar y no la ve. Corre hasta el asiento del frente y le dice a David con angustia: -NO Está por ningún lado!, vayámonos rápido..! y comienza a sentir escalofríos.
David acelera, y toma el camino al hotel, al llegar le cuenta al encargado de seguridad lo que le pasó con la novia en Juangriego.
Éste se persigna y le dice:- No la embarcaste ¡Verdad?, Esa es una muchacha que mataron en un asalto a la recepción el día de su boda y se aparece allí pidiendo que la lleven a la fiesta..! Viste a un fantasma, chamo..!
_ Pero si YO hablé con ella y mi esposa también la vio...! dice el joven
-Es un fantasma... se le aparece a los choferes que pasan por esa parada cuando el tiempo está lluvioso...Ya van varias personas que se han tropezado con ella.
Desde ese día el joven mas nunca pasó por el lugar a esa hora de la noche...

martes, 28 de enero de 2014

UN FANTASMA EN APUROS. RELATO POR FLOR PATIÑO DE V.

Los seres al dejar el plano material, pasan a uno espiritual donde las necesidades de la materia pasan a segundo lugar.

 Este cuento es sobre una mujer que, durante muchos años, tuvo algunas posesiones materiales que no quería dejar luego de su desencarnación o muerte, como muchos acostumbran a llamarle, el paso al más allá,se aferraba a sus posesiones sin darse cuenta que ya no le eran de utilidad..
     La tía de una amiga, enfermó de una dolencia muy grave,durante los meses y días que luchó contra ella, adquirió una mecedora muy cómoda que le permitía mecerse en su habitación cuando le daban los fuertes dolores. Donde iba llevaba su mueble para poder sentarse y disfrutar de los pocos momentos de solaz en su convalecencia. Ella amaba su mecedora y justo fue el lugar donde dio su último suspiro.
Luego de su desaparición física, el esposo de la señora le regaló a su sobrina el mueble para que la tuviera en la casa y pudiera dormir a la niña, ya que la dueña de la misma quería muchísimo a su sobrina y el señor pensó que en las manos de ella estaría mejor que guardando polvo en el desván. 
La joven, llevó el mueble a su hogar y la instaló en la habitación de la niña. Pero, comenzó a notar que, cada vez que la usaba, la mecedora continuaba moviéndose como si alguien lo hiciera. Al principio no le dio mucha importancia hasta que una noche, luego de dormir a la niña, "vio" a su tía difunta sentada en ella. La muchacha se llevó un gran susto y decidió regalar la mecedora a otro familiar.
Por circunstancias de la vida la llevaron a mi casa, mi tía decidió colocarla en el comedor, y cada persona que llegaba a conversar con ella sentía fascinación con el mueble por ser muy bonito, y por supuesto se sentaba en la susodicha mecedora,pero mi tía, que tiene el don de "ver" a quienes ya no están con nosotros, observaba a la "dueña" decirle que no le gustaba que nadie se sentara en su mecedora, que el próximo que se sentara sobre "ella" le haría enfermar, que le molestaba mucho que cualquiera usara su mueble que era solo de ella y de nadie más. Varias personas sentían que le pinchaban o daban golpes en la espalda que casi le hacían caer.
Mi tía a veces se sentaba pero, comenzó a sentirse mal de salud, y "escuchaba" al espíritu de la sra decirle que haría "cosas" al que se sentara allí. Así que decidió colocar el mueble en un lugar de la sala que nadie usa y, el fantasma ahora está agradecido de que ya nadie se "siente" sobre sus rodillas.

viernes, 17 de enero de 2014

LA "LLORONA" DE MARGARITA. RELATO DE FLOR PATIÑO DE V.

La tradición oral margariteña es muy rica en cuentos, acerca de fantasmas y aparecidos, creados por la imaginación del pueblo, y,quizás, por la total oscuridad que rondaba en todos los sectores en épocas pretéritas sin alumbrado eléctrico.

 Un "fantasma" muy conocido era "La Llorona", el fantasma de una mujer que perdió a su hijo y salía en las noches oscuras, sobre todo del mes de mayo, dando lamentos por no poder encontrarlo. 
Durante mi niñez, escuché muchas versiones de la aparición de este fantasma, quien asustaba "al más pintao",como diría mi abuelo Mercedes.He aquí uno de esos relatos:
Una noche  lluviosa, mi bisabuelo Marcelo Alfonzo, tuvo que ir hasta El Valle a una diligencia urgente, salió a pie, ya que no había otra forma de transportarse, a eso de las tres de la tarde, por el camino real desde La Cruz Grande donde vivía, no pensaba quedarse mucho por allá, pues no quería lo agarrara la noche en el viaje de retorno. Marcelo era un hombre que no tenía miedo a andar por esos montes, pero no quería encontrarse por el camino nada "especial" pues.
Fue hasta El Valle, a la casa de su familiar, por allá por el lado de la caja de agua y aún, cuando era su intención no tardarse, durante el regreso, el sol se ocultó temprano y comenzó a llover. 
Al llegar al recodo del sendero que seguía,no pudo pasar motivado al pantano que se había formado y tuvo que desviarse hacia la vereda que daba al paso del riachuelo, por el sector conocido como "La Guillotina", ya faltándole poco para llegar a su casa. Trató de pasar el río, pero en ese momento la lluvia arreció y no le quedó más remedio que guarecerse en una pequeña choza que había en una tejería cercana, que a esa hora estaba vacía y silenciosa. Marcelo esperó un rato mientras la lluvia caía más fuerte y, de repente, pudo ver a lo lejos a una mujer que se acercaba corriendo con un niño. Pudo verla cuando entró a la casita de barro donde guardaban los adobes hechos de arcilla.Pensó que era muy tarde para que una mujer andara sola con un niño en brazos por ese rumbo,y además, con ese chaparrón que no amainaba, pero algo le hizo poner los pelos de punta,al tratar de verle la cara y no encontrársela,Marcelo se agazapó debajo de las mesas donde estaba muy asustado y, no hizo ruido, para que la mujer no lo viera.Ésta estaba vestida totalmente de blanco, con un paño tapaba su cara cadavérica, sacó un chinchorro y lo ató a la viga del techo, acostó al niño y comenzó a mecerlo muy fuertemente. El niño lloraba y la mujer comenzó a lanzar lamentos estremecedores que hicieron encogerse aún más a Marcelo en su escondite. Este trató de tapar sus oídos pero, el grito de la mujer era ensordecedorEl miedo se apoderó del caminante, quien, en un instante de valentía, saltó y corrió pasando el riachuelo sin mirar atrás mientras, La Llorona,  al verlo en carrera, gritó  aún más y su lamento parecía estar en todo el espacio. Marcelo corrió, corrió y su casa parecía cada vez más lejos, sin embargo al llegar a la entrada del pueblo algunos conocidos le ayudaron y pudieron escuchar en "los elementos" el llanto de la Llorona.
 Marcelo no pudo pararse en varios días por la fiebre tan alta que le ocasionó La Llorona, pero no se le ocurrió entrar a guarecerse de la lluvia en ninguna parte más nunca, así se cayera el cielo de tanto llover no se detendría hasta llegar a su casa.
 Así me lo contaron mis abuelos que pasó en Margarita, por el año de 1890 según, y yo se los cuento a Uds.

jueves, 9 de enero de 2014

MIS "EXTRAÑOS" COMPAÑEROS DE JUEGO. Relato por Flor Patiño de V

mi abuelo Mercedes Alfonzo
Bueno, conversemos sobre lo que nos interesa y es la época dorada de inicios de la escuela espirita y aquella experiencias que se quedan grabadas en la memoria. 
Siendo pequeña, veía llegar a casa de mis abuelos a gente necesitada de orientaciones espirituales, gente que solo quería manifestar su sentir pero también, quien necesitaba expresar sus visiones, como el caso que les voy a  contar.Esa gente buscaba el auxilio de mi abuelo Mercedes, quien en aquel entonces dirigía la Cátedra de Estudios de espiritismo en mi ciudad.
Entre el grupo de necesitados de luz espiritual, llegó un día un humilde pescador del sector de La Isleta, padre de dos hermanitos: una niña, como de diez años y un varoncito de cinco años.Su papá, muy preocupado, acudió donde el sr Mercedes para que le ayudara.
 Contó el sr que sus hijos, que vivían con él y la madre a la orilla de la playa de La Isleta,llegando a Mosquito,un pueblito de pescadores en isla Margarita, en una ranchería solitaria, cada día, desde que tuvieron uso de razón, como dicen aquí, comenzaron a compartir con unos "extraños compañeros de juego", quienes les acompañaban, de día o de noche, en la soledad del camino al colegio, les hablaban, les daban regalos, haciéndoles toda clase de ofrendas.
 Ellos llegaban a su rancho y contaban a sus padres lo que habían hecho ese día con sus "amiguitos" del camino. Los padres ya no encontraban manera de decirles que esos "amiguitos" no existían, pero ellos les decían que todos los días le daban regalos y les mostraban las monedas o caracoles que les obsequiaban.
Los niños, por supuesto tenían una facultad, muy linda, como es la de ser videntes, "veían a los que ya no estaban en este mundo" y, como no había nadie más por los alrededores, se acostumbraron a jugar con estos espíritus atrapados en el tiempo o "Chinamito", como los conoce la gente margariteña, por supuesto no le tenían miedo porque, a diario, compartían con ellos. 
La niña, contaba que veía llegar un barco español antiguo cada noche a la bahía de Punta Mosquito,observaba bajar a los tripulantes del nao, con cargas muy pesadas y esclavos encadenados que las llevaban, hasta cierto lugar donde desaparecían.
 En la mañana, al pasar por el sitio, solía encontrar monedas, y sus "compañeros de juego espirituales", les decían que las tomaran para comprar merienda en la escuela, y que buscara y cavara para encontrar más, puesto que a ellos los habían dejado de "vigía" en el lugar. El hermanito solía jugar a las metras con ellos, y al salir para la escuela de la Isleta, los llevaba de la mano, ellos los esperaban fuera de la escuela y al salir de clases volvían a acompañarlos y se "encachorraban"( hacer berrinches) si no les daban coco para comer por el camino.
Mi abuelo, con otras personas de la familia, fueron hasta el lugar y comprobaron estos hechos, miraron las monedas encontradas ese día y los caracoles que le regalaron a los niños.
 Después de aconsejar y hacer algunas lecturas, durante algunos días, los pequeños "compañeros de juego" no volvieron a aparecer por la ranchería. Para los niños fue extraño dejar atrás a esos  "compañeros de juego" que durante muchos años les persiguieron, pero era necesario para la salud mental de todo el grupo familiar, donde toda la comunidad los tomaba por locos, ya que nadie comprendía su facultad.

TEMA DE REFLEXION CERRANDO CIRCULOS DE PAOLO COELHO

Hola, gracias por visitar nuestra página de reflexiones y salud mental MENSAJE FRATERNAL, Para hoy les tengo una presentación de una reflexi...