INSTRUCCIONES DE LOS ESPIRITUS.
Dios es único y Moisés el Espíritu que Dios envió en misión para darle a conocer, no sólo a los hebreos sino también a los pueblos paganos. El pueblo hebreo, fue el instrumento del que Dios se valió para hacer su revelación por medios de Moisés y los profetas, pues las vicisitudes de este pueblo eran a propósito para impresionar y rasgar el velo que ocultaba a los hombres la divinidad.
Los mandamientos de Dios dados por Moisés envuelven el germen de la más alta moral cristiana, los comentarios de la Biblia restringían su sentido, porque los diez mandamientos de Dios no dejaron por esto de ser el frontispicios brillante, como el faro que debía iluminar a la humanidad en el camino que tenia que recorrer.
La moral enseñada por Moisés era apropiada al estado de adelanto en que se encontraban los pueblos que debía regenerar, y estos pueblos, medio salvajes en cuanto al perfeccionamiento de su alma, no hubieran comprendido que se pudiera adorar a Dios de otra manera que por medio de holocausto, ni que hubiese de perdonarse al enemigo. Su inteligencia, notable respecto de las cosas materiales y aún respecto de las artes y de las ciencias, estaba muy atrasada en moralidad, y no se hubiera sujetado al imperio de una religión enteramente espiritual; les era necesario una representación semi-material tal como la ofrecía entonces la religión hebrea. Asì es que los holocaustos hablaban a sus sentidos, mientras que la idea de Dios hablaba a su espíritu.
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