Dividiremos este estudio por días para asì poder tratar las tres revelaciones, comenzando por:
"NO PENSEIS QUE HE VENIDO A DESTRUIR LA LEY O LOS PROFETAS; NO HE VENIDO A DESTRUIRLOS SINO A DARLES CUMPLIMIENTO; PORQUE, EN VERDAD OS DIGO, QUE EL CIELO Y LA TIERRA NO PASARAN SIN QUE TODO LO QUE ESTA EN LA LEY SEA CUMPLIDO, HASTA UNA SOLA JOTA Y UN SOLO PUNTO". (MATEO, CAP V, v 17 y 18)
La ley mosànica se compone de dos partes distintas, la ley de Dios, promulgada en el Monte Sinaì, y la ley civil o disciplinaria, establecida por Moisès, la una, es invariable, y la otra, apropiada a las costumbres y el caràcter del pueblo, se modifica con el tiempo.
La Ley de Dios està formada en los diez mandamientos:
I.-Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saquè de la Tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.- No tendrèis dioses ajenos delante de mì.- No hareìs para vos obra de escultura ni figura, de lo que hay arriba del cielo, ni de lo que hay abajo en la Tierra, ni de las cosas que estàn en las agua debajo de la tierra. No las adorarèis ni les darèis culto.
II.- No tomarèis el nombre del Señor vuestro Dios en vano.
III.- Acordaos de santificar el dìa sàbado.
IV.- Honrad a vuestro padre y a vuestra madre para que seàis de larga vida en la Tierra, que el Señor vuestro Dios os darà.
V.- No matarèis.
VI.- No cometerèis adulterio.
VII.- No hurtarèis.
VIII.- No levantarèis contra vuestro pròjimo falsos testimonio.
IX.- No desearèis la mujer de vuestro pròjimo,
X.- No codiciarèis la casa de vuestro pròjimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de las que son de èl.
Esta ley es de todos los tiempos y de todos los paìses y por lo mismo tienen un caràcter divino.
Todas las otras son leyes establecidas por Moisès, obligado a contener, por el miedo, a un pueblo naturalmente turbulento e indisciplinado, en que tenìa que combatir abusos arraigados y prejuicios adquiridos en la servidumbre en Egipto.
Para revestir de autoridad sus leyes, debiò atirbuìrles origen divino, como lo hicieron todos los legisladores de los pueblos primitivos; la autoridad del hombre debìa apoyarse en la autoridad de Dios, pues sòlo la idea de un Dios terrible podìa impresionar a hombres ignorantes, en quienes el sentido moral y el sentimiento de una exquisita justicia estaban aùn poco desarrollados. es evidente que el que habìa establecido en sus mandamientos: "No matarèis, no harèis mal a vuestro pròjimo", no podìa contradecirse elevando a deber el exterminio.
Las leyes mosaicas propiamente dichas, tenìan, pues, un caràcter esencialmente transitorio.
Capìtulo I pag 34. El Evangelio segùn el Espiritismo.
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