¡Conserva una actitud victoriosa!
Cuando encuentras una persona encorvada y triste, pierdes la confianza, porque te das cuenta que está abatida y preparada para una derrota.
¡No permitas que nadie piense eso de ti!
Marcha con la cabeza erguida, confiado y sonriente, y todos confiarán en ti.
Irradia fuerza y entusiasmo hasta con las actitudes de tu cuerpo.