Amigo, si tu profesión te obliga a tratar con el público, no pierdas la paciencia.
Sabemos que es d´fícil mantener la calma delante de algunas personas, que a veces llegan irritadas, que son exigentes y que no observan las normas de buena educación.
Sin embargo, es en esos casos que se debe demostrar nuestra virtud de calma y paciencia.
Controla tus nervios y procura comprender y servir con amos.