PRIMERA PARTE
¡Cuántos
cuentos fantásticos e irracionales se han hecho del juicio final! ¡Qué
escandaloso comercio hizo la iglesia católica y cristiana de ese acto que ha
pasado desapercibido para sus materias!... Hasta parece que lo han tomado por
una broma las religiones cuando tanto lo charlatanean en busca del dinero de
los horrorizados creyentes prejuiciados, que están temiendo la caída de los
montes que los aplasten; los huesos bailando, buscando sus compañeros para
armarse en cuerpos y salir de las tumbas para oír el "Id malditos de mi
Padre, al fuego eterno, que os está preparado"... ¡Farsantes!...
¿Temeríais por esto quizá al espiritismo, que os desmentiría? Pues nunca la
tierra disfrutó de mejor fondo azul que el 5 de abril de 1912, día en que se
cerró el Juicio y se firmó la Sentencia. Y ved la ironía de la justicia divina:
Se pesaban todas las conciencias, durante las tres horas en que rememorábais la
agonía de Jesús (pues fué Viernes Santo ese día), y mientras levantábais (en la
intención), el patíbulo del Gólgota, el Juez del Padre, el anunciado por el
mismo Jesús; el hijo del hombre que había de venir y el mundo lo recibiría,
derribaba y enterraba para siempre en la tierra, la cruz y el Cristo; se
justificaba a Jesús por toda la cosmogonía y el Espíritu de Verdad, posando su
ancla salvadora sobre el acta que firmaba el Juez, era investido Jesús con la
palma del vencedor y, el universo lo saludó.................................
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Todo está escrito y lo leeréis en su día; pero no se puede menos de recopilar
aquí un algo del acto más tremendo, más trágico y majestuoso que los mundos
tienen y no se repite. Voy a dejar a la pluma decir la esencia, dando la primer
palabra a Eloí en el testamento de Abraham.
"Y los siglos serán 36, desde que escribiré mi ley, hasta que la tierra la
sabrá; y de este siglo mis hijos serán de luz, porque verán la luz de su Padre
que les darán mis espíritus".
Isaías y todos los profetas y más tarde el apocalipsis, nos señalan diciendo
que sería el juicio, "cumplido el tiempo, los tiempos y la mitad del
tiempo" y nadie comprendió la fecha.
Mas fué dicho “Y los siglos serán 36, desde que escribiré mi ley, hasta que la
tierra la sabrá". De Abraham a Moisés, son próximos 4 siglos; de Moisés
(que escribió la ley) a Jesús, 18 siglos incompletos; y de Jesús al
advenimiento del Espíritu de Verdad que él anunciaba, 18 siglos completos, que
son 40; menos 4 de Moisés a Abraham, son los 36 siglos marcados por Helli a
Abraham. Son éstos, "el tiempo, los tiempos y la mitad del tiempo".
Todos los profetas y Jesús dijeron: "Estad preparados porque la hora está
cerca y no os tome como ladrón de sorpresa”. Y, efectivamente; (como han pasado
todos esos siglos, que en el tiempo eterno no son un minuto...) a todos los
cogió entretenidos y con las luces apagadas; no lo esperaban ya y mayor fué su
sorpresa.
Mas las trompetas espirituales sonaron en las conciencias muchas veces, desde
el 28 de Enero de 1912, en que se llamó a juicio por el Espíritu de Verdad,
desde el tribunal de la tierra; porque desde ese día, se celebraron juicios
particulares para oír las justificaciones de todas las religiones, en
solidaridad cada una; a los estados civiles; a los libertinos y a los jefes de
estado, quedando así todos preparados para el día de la sentencia.
Mas, si en todos los juicios no perdió la serenidad el Juez, le fué doloroso
tener que recibir a justificarse al precursor Kardec porque sobre el
espiritismo pesaba la amalgama espiritualismo. Las lágrimas de Kardec, no
podrían menos de doler al hombre; pero la justicia es inexorable y el mismo
Jesús fué el primero que dió el ejemplo justificándose ante el hombre, aun
antes de ser formado el tribunal, con lo que quedaba Jesús, como intermediario
entre los que se habrían de justificar y el juez que los habría de oír por el
Padre y dió a cada uno lo suyo.
El acto de la sentencia duró 5 horas, que fueron como 5 millones de siglos para
los que no esperaban prevenidos. Pero todo fué, según estaba ordenado por el
Espíritu de Verdad, juez del juez.
A las doce meridiano en punto, se había constituído el tribunal, presenciando
el acto 30 testigos más, muchos de los cuales, habían presenciado y oído los
juicios particulares. Al dar las 12, se dió en la tierra la voz de
"Juicio" a los cuatro vientos, en cuyo momento rompían el silencio de
los espacios, las trompetas espirituales que herían las conciencias de todos
los hombres de la tierra, cuyos espíritus eran sacados de sus cuerpos por la
fuerza de la justicia, para comparecer ante los tribunales que eran tres: el de
derecho, compuesto en la tierra por un juez y dos asesores; el tribunal
permanente de la humanidad desde la venida de Adán y Eva y los misioneros,
compuesto por los espíritus conocidos de Miguel, Rafael y Gabriel: y el
tribunal Supremo de Justicia, por el Espíritu de Verdad y sus consejos.
Tan pronto se hubieron dado las voces en la tierra, el Juez, con sus asesores,
en desdoblamiento, arrastró a toda la mayoría de la tierra hasta Sión, punto
del tribunal de justicia, el que ya esperaba preparado con el tribunal
permanente a la cabeza; y al llegar la mayoría de la tierra, espíritus libres y
encarnados, guiados por Abraham, María y Jesús y todos los misioneros... todos
a una voz dijeron ¡Justicia!...
En ese momento, llegaron a Sión todos los maestros de la cosmogonía y los
tribunales del plano primero, encabezados por el del Sol, nuestro Padre en la
materia. La columna se puso en marcha, viniendo a la cabeza el tribunal de la
tierra, precediéndole las trompetas espirituales que resonaban estridentes en
todo el universo y decían: "Un mundo va a ser juzgado"... Precedían
al Tribunal, toda la mayoría de la tierra; detrás, el Tribunal permanente que traía
las insignias de la justicia; detrás de éste, el Espíritu de Verdad con sus
Consejos y les seguían todos los Tribunales y el universo infinito, cantando
Hosannas.
Sigue en este link El Juicio Final. Conclusión